Rodrygo Silva de Goes (21 años) disfruta del descanso del guerrero tras un final de temporada frenético en el que el joven brasileño ha quedado entronizado por la afición madridista, sobre todo por aquella noche mágica vivida ante el City en el Bernabéu. AS pudo conversar con él, mientras descansa con su familia y sus amigos en las soleadas playas de Brasil, para hacer balance de un curso que jamás olvidará y que seguramente marcará un antes y un después en su trayectoria en el club de sus sueños.
“Ha sido la temporada soñada por mí a nivel individual, pero más todavía a nivel colectivo. El equipo ha vuelto a demostrar que el Madrid es el mejor club del mundo, dentro y fuera del campo, con el mejor entrenador posible y una plantilla maravillosa. Ha sido la temporada perfecta”, afirma orgulloso por ese Triplete conseguido por el equipo de Ancelotti (Champions, Liga y Supercopa de España).
Rodrygo se hizo viral en la rúa de la celebración liguera al aparecen en esa foto icónica con Ancelotti, fumando un puro y gafas de sol oscuras, junto a Militao, Vinicius y Alaba. “El secreto de este equipo ganador es que tenemos un gran vestuario. En realidad somos amigos”.
Aún así, y pese a su sonado doblete salvador ante el City en el Bernabéu, hay una faceta en la que el paulista sabe que puede y debe mejorar. En sus 108 partidos de blanco, desde que llegó por 45 millones de euros en 2019 procedente del Santos, Rodrygo ha puesto su firma en 18 goles y 18 asistencias. Este ha sido su curso más prolífico ante la portería rival, pero lo curioso es que de sus 9 goles, cinco han sido en Champions (solo cuatro en Liga). “Sé que puedo meter muchos más goles”, afirma demostrando que a su edad sabe que su margen de mejora es indiscutible.
El hecho de que este haya sido su mejor curso desde que llegó al Madrid no es casual. “Este año sabía que era clave para mí y desde enero planifiqué un trabajo en sintonía con el club, con el que hemos alcanzado los objetivos trazados”. Rodrygo contrató un preparador personal y desde enero tuvo dos horas de trabajo individual en su casa de Madrid, aparte del trabajo diario en Valdebebas a la órdenes de Antonio Pintus.
De hecho, Rodrygo renunció a viajar en el parón navideño, invitó a sus mejores amigos para que le acompañasen en la capital y aprovechó para visitar El Prado, conocer la nieve de la sierra madrileña e impregnarse de la ciudad en la que espera vivir muchos años. El papel de su padre, exfutbolista que tutela todos sus movimientos, y la disciplina del paulista en su alimentación y ritmo de vida han hecho el resto.
El Mundial. Lógicamente, tanto para Rodrygo como para el resto de jugadores de su país la cita de Qatar es especial por el significado que tiene la canarinha entre la torcida brasileña. A pesar de la gran competencia que tiene Rodrygo para la línea de ataque en los planes de Tite, él se muestra muy ilusionado ante la cumbre futbolística de noviembre y diciembre: “Tras una temporada increíble en mi club, mi sueño ahora es defender a mi país en el próximo Mundial”.
No obstante, Rodrygo es consciente de todo lo que tiene por delante con la camiseta blanca en una temporada que promete grandes emociones, con la disputa de Champions, Liga, Copa del Rey, Supercopa de Europa, Supercopa de España y Mundial de Clubes. “Sabemos que tenemos un reto descomunal por delante. En el Madrid siempre se sale a ganar y vamos a luchar por los seis títulos en juego”.
Hablando del eterno debate de cómo ha podido conquistar el Madrid la 14 y las voces que se empeñan en minimizar el mérito de lo conseguido por la tropa de Ancelotti, el joven delantero brasileño tiene muy clara la fórmula, con una afirmación que será muy aplaudida por todos los madridistas: “El Madrid gana por juego y por corazón”. Difícil explicarlo mejor.
Pasan los días y el paulista continúa descansando y cargando las pilas en su país, salpicando el receso merecido con diferentes actos sociales y benéficos a los que acude como reclamo, dado que en Brasil su popularidad se ha disparado tras sus goles salvadores ante Chelsea y City, que han puesto parte de los cimientos de la 14. A mediados de julio regresará al trabajo. La Supercopa ante el Eintracht (10 de agosto), próxima parada.