El ciclo de Didier Deschamps con Francia vive, probablemente, el momento más crítico desde que el seleccionador cogiera las riendas allá por 2012. Si en 2018 la selección francesa alcanzaba su sumun con la consecución del Mundial, en 2022 la tricolor llega a Qatar en una situación crítica después de su actuación en la Nations League.
La derrota por 2-0 ante Dinamarca no ha hecho más que aumentar las críticas respecto al rendimiento del equipo. Hace un año, la campeona del mundo caía en los octavos de final de la Eurocopa en manos de Suiza. Aunque consiguió solventar la situación con la consecución de la Nations League, el agotamiento de la plantilla y su falta de mecanismos para rehacerse en situaciones límite, que era uno de los puntos fuertes que tenía Deschamps, aumentan el escepticismo en torno a un país que cuenta con una de las mejores plantillas del mundo.
Ni Kylian Mbappé se ha salvado de las críticas en Francia. El delantero del PSG jugó entre líneas, esa posición que considera que le potencia más que la de referencia en París, sufriendo bastante para generar espacios y fallando tres ocasiones flagrantes en el ecuador del segundo tiempo. El diario L’Équipe valoró su actuación con un insuficiente 4, recalcando que, pese a sus continuas ganas de generar peligro, no tuvo influencia en los ataques de la selección francesa.
Las dudas en torno a Deschamps estriban, principalmente, en su incapacidad para encontrar un sistema a dos meses del Mundial que se asiente definitivamente. El seleccionador, después de la Eurocopa, pasó a jugar con tres centrales, volvió a la defensa de cuatro en junio en la Nations League y en este último parón ha recuperado la defensa de tres, naufragando en Copenhague y sin capacidad para darle la vuelta a la tortilla al encuentro.
El técnico de 53 años, sin embargo, restó importancia a la derrota en Dinamarca, alegando que ellos se jugaban la Final Four de la Nations League y que Francia tenía muchas bajas. Esa falta de autocrítica es, con seguridad, lo que más molesta a la siempre crítica prensa francesa, que le pide que tome decisiones que mejoren al equipo. A dos meses del Mundial, el fantasma de los últimos campeones del mundo eliminados en la fase de grupos se ha instalado en el seno del combinado nacional francés.