La única idea que Álvaro Morata tiene en la cabeza sigue siendo la de hace un mes: quedarse en el Atleti. Salvo giro inesperado de última hora de mercado, que los hay, el delantero no se moverá de donde está. El equipo del Cholo. Se ha convertido en su ‘9′ titular, un papel que, en principio, no estaba destinado para él. Regresaba tras año y medio de cesión en una Juve que le quería a toda costa pero no podía pagar los 35 millones que costaba su compra obligatoria.
Ofrecieron jugadores y pagos divididos y aplazados. Siempre se encontraron con un no. O los 35 millones o Morata no salía. Con pretendientes en la Premier desde hace meses (Tottenham, Newcastle, United ya) el delantero sólo valoraba dos opciones por razones familiares: la de Italia (la Juve), de donde es su mujer, Alice Campello, o la de España, de donde es él. La negativa del Atleti de venderlo entonces es ahora el mejor fichaje rojiblanco este mercado.
Cuando el club miró el mercado comprobó que no había ningún ‘9′ a precio asequible que pudiera darle lo que ya le daba el que tenía en propiedad, Morata. Un Morata que llega con 29 años, en el punto exacto de madurez y fútbol, con el Mundial en la cabeza. Máximo goleador de España en las dos últimas Eurocopas, se quedó fuera del de Rusia, y estar en el de Qatar es prioridad. Para Luis Enrique es clave, como ha conseguido serlo para Simeone este verano de 2022. Llegó con ambición de hacerse con la titularidad con trabajo y humildad.
Relación con el Cholo
Los que esperaban gestos cariñosos entre técnico y futbolista el primer día de reencuentro en el Cerro no los tuvieron, pero sí el cuarto, felicitaciones del argentino al jugador. Cuando llegó el fútbol, los partidos de preparación, Morata era titular. Y en los partidos. Cuatro goles. Dos fueron en el estreno de la temporada, Liga, en Getafe. Quedan 15 días de mercado y, aunque en la cabeza del futbolista solo está quedarse, los equipos insisten. A la Juve no se le ha olvidado y el Manchester United insiste en los últimos días, pero ambos se encuentran con otra complicación: el precio del futbolista ya no es 35 millones, se ha duplicado. Sólo una oferta mareante, que un club llegara y pagara 60, 70, en los 15 días que quedan de mercado, y que el Atleti empujara a la puerta, interesado en ese ingreso, le sacarían.
“No soy el dueño del club, soy el entrenador. Está muy bien, trabajando de manera extraordinaria y esperamos que siga con nosotros”, afirmó el entrenador al término del Getafe-Atlético, tras sus dos goles en el estreno liguero y de la temporada. Su relación es meramente profesional, no es el Cholo un entrenador muy cercano a sus jugadores. Sí lo es uno de los miembros de su cuerpo técnico, Gustavo López, que estrecha lazos con los futbolistas, asumiendo ese papel que tenía Germán Burgos la primera vez de Morata en el Atlético y que se quedó huérfano cuando El Mono se fue. Hasta la llegada de El Cuervo.