A medida que los precios del petróleo aumentan, también lo hacen las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y sus dos mayores aliados, Emiratos y Saudí. Ambos países han sido firmes en su decisión de no intervenir en la invasión rusa en Ucrania y esto hace que se cuestione la base de su relación con la potencia americana.
Mientras que el presidente norteamericano Joe Biden se está intentando mover para utilizar todas las reservas estratégicas de petróleo de Estados Unidos, sus dos mayores aliados productores de petróleo mantienen sus tanques firmemente cerrados. Arabia Saudí y Emiratos siguen en posición negativa frente al presidente de EE.UU. mientras que éste trata de esquivar la subida del precio del petróleo causada por la invasión de Rusia en Ucrania.
Tanto Emiratos como Saudí han sido muy firmes y sinceros sobre su negativa a intervenir en el conflicto. La guerra que comenzó ya hace más de un mes, está provocando tensiones en varias partes del mundo. Uno de los lugares con más tensión es Oriente Medio, donde dos de los mayores aliados de Estados Unidos están comenzando a cuestionarse su relación con el país norteamericano.
Acuerdo de Estados Unidos con Irán
Estados Unidos e Irán se encuentran en conversaciones que podrían suponer que Irán aceptara el acuerdo nuclear de la era de Obama y esto afectaría fuertemente a las relaciones de EE.UU. con los países del Golfo. Tanto el líder de Arabia Saudí, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, como el líder de Emiratos, Mohamed bin Zayed Al Nahyan, no están de acuerdo en que el presidente Biden reactive el acuerdo con Irán de 2015.
Cuando Obama negoció el acuerdo nuclear con Irán, los saudíes lo tomaron como que Estados Unidos buscaba la ruptura de su relación. Esto se debe a que este acuerdo con Irán prepararía el camino para que el país tuviera una bomba nuclear. Y eso haría que se impulsara la guerra del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, que ha extendido las milicias por todo el mundo árabe matando a miles de personas.
El acuerdo con Irán, llamado oficialmente Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), fue rechazado por el expresidente estadounidense Donald Trump en 2018, en las reuniones celebradas en Riad y Abu Dhabi. Si este plan se reactivara, podría suponer el final de la relación de Saudí y Emiratos con Estados Unidos.
Saudí y Emiratos se niegan a ser los aliados regionales de Estados Unidos y ayudar a Washington a contener a Rusia en Europa, ya que para ellos, Washington está fortaleciendo a Rusia e Irán en Oriente Medio.
Situación actual: Relaciones entre Emiratos, Saudí y EE.UU.
Emiratos y Arabia Saudí, se niegan a ayudar a Biden o sacarle de sus apuros. Esto esta haciendo que las relaciones entre los países del Golfo y Washington se encuentren en un punto muy delicado. Además, el gran flujo de inversión rusa en Emiratos, justo cuando Estados Unidos y Europa intentan matar la economía de Putin, ha empeorado aún más las cosas.
Otra de las cosas que han afectado en la relación entre Estados Unidos, Saudí y Emiratos es la falta de apoyo de Washington en la campaña contra los Houthis en Yemen. En este asunto, la diplomacia de Donald Trump era una fórmula más familiar y beneficiosa para ambos. Esta fórmula fue fácilmente desplegada por China, con la que tanto Saudi como Emiratos están interesados en estrechar lazos comerciales, energéticos e incluso de seguridad.
Además, algunos contrastan las exigencias de Estados Unidos con la diplomacia de China. Mientras que la política norteamericana está llena de contradicciones, la china es sencilla, Pekín ofrece a Riad un trato simple, vender su petróleo y elegir el equipo militar que desee. A cambio, Saudí les ayudaría a estabilizar los mercados energéticos mundiales.
El Gobierno de Biden en las relaciones con el Golfo
En los últimos meses, Brett McGurk, coordinador de la Casa Blanca para Oriente Medio, ha visitado con frecuencia Riad, tratando de intermediar en la relación entre Saudi y Estados Unidos. Esta relación empeoro después de la toma de posesión de Biden, cuando se negó a hablar con el líder de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman.
Ese suceso afecto fuertemente en la relación entre EE.UU. y los países del Golfo e hizo que tanto el príncipe Mohammed como el líder de Emiratos, Mohamed bin Zayed, sigan desconfiando de la determinación de Biden de sacar adelante el acuerdo nuclear. Esto daría a Irán un argumento nuevo de construir un arma nuclear.
De esta forma, la relación entre Emiratos y Estados Unidos está en juego. La tarea de solucionar la situación recae sobre los hombros del presidente Biden. Estados Unidos puede estar a punto de perder a un socio regional cada vez más seguro de sí mismo y con mayor presencia regional y global.
Relación Estados Unidos – Emiratos
Emiratos ha invertido mucho en sus relaciones con EE.UU., asignando la mayor parte de sus inversiones de grandes fondos soberanos en los mercados norteamericanos. Pero con la entrada de Biden en el poder, Emiratos empezó a preguntarse si sus inversiones y la relación con el país estadounidense serian buenas.
Emiratos se sintió ofendido cuando Washington se negó a firmar un acuerdo para el suministro de nuevos aviones de combate F-35. También afectó en la relación el distanciamiento de Biden tras el mortífero ataque de drones y cohetes houthi contra Abu Dhabi.
Y lo que empeoró las cosas fue la objeción de la administración Biden a las decisiones soberanas de Emiratos, como recibir a Bashar al-Assad y presionar a Abu Dhabi para que aumentara su producción de petróleo fuera del contexto del acuerdo de la Opec. Todo esto llega en un momento en el que EE.UU. ya no es la única superpotencia del mundo, lo que impulsó a Emiratos y a otros países a diversificar sus socios.
Relación Estados Unidos – Saudí
El mes pasado, el Wall Street Journal informó que los lideres de Arabia Saudí y Emiratos se negaron a responder las llamadas del presidente Biden. La Casa Blanca ha organizado llamadas entre Biden y los líderes del Golfo sobre la subida de los precios del petróleo y ellos se han negado a recibirlas.
La posición del líder saudí a no atender llamadas de Biden es debido a que Biden declaró el año pasado que pretendía recalibrar sus relaciones con Arabia Saudí. Y en ese momento, la administración estadounidense se negó a concertar una llamada entre Biden y el príncipe Mohammed.
