Noche de sentimientos encontrados en el Benito Villamarín. El Betis, liderado por la figura imponente de Manuel Pellegrini, recibe a un Almería revitalizado por la constancia de Rubi (sigue el partido en directo en AS.com). El antecesor del chileno en el banquillo verdiblanco vuelve a la que fue su casa, al lugar en el que quiso dar un salto cualitativo que no supo, o quizás no pudo, alcanzar. Pellegrini heredó su plantilla y la convirtió en ganadora. En su tercera campaña en Heliópolis, el ingeniero va a la caza de más pese a que ya atrapó mucho. Quizás Rubi también aspire a esa ambición y la quiera aplicar ahora a un equipo que desea sonreír en plena lucha por sobrevivir.
El Betis llega tan lanzado como dubitativo. Fabricó un camino de luces en Europa pero no gana en Liga desde que volvió del parón. El Almería, mientras, tomó aire con su victoria contra el Rayo Vallecano y Rubi respira tras lo que fue un mes parecido al infierno. Los dos equipos echan en falta recursos. A Fekir y a Juanmi se les espera para más adelante. Pero Sadiq se marchó sin billete de vuelta. Canales atenúa esa añoranza en el Betis. El Bilal Touré pretende minimizar ese déficit en el Almería.
Pellegrini tiene ante sí otra carta de rotaciones prevista. Dará entrada en su once a bazas claves como Álex Moreno, Guido, William Carvalho y Borja Iglesias tras entregarles descanso ante la Roma. Confía en que Canales aún tenga gasolina para liderar en tres cuartos y en que Luiz Henrique dispare su versión más diferencial. A eso se agarra el chileno. Y a un Villamarín que aspira de nuevo a superar los 50.000 aficionados. Atrás, tiene la baja de Pezzella tras ser expulsado en Valladolid.
Rubi, mientras, quiere esbozar una escena parecida a la vivida la jornada pasada. En su plan tuvo a dos exbéticos como protagonistas: De la Hoz ejerce como pieza de equilibrio y Baptistao como esbozo de desborde. Aunque el que dirija la orquesta sea Melero y el intocable sea Robertone. Sus cartas se expondrán entre los espacios que sea capaz de conquistar en el Villamarín. Aunque sin Embarba sobre el césped. Rubi tiene una cuenta pendiente en Sevilla. Tal vez más de una. Pero Pellegrini no quiere regalar nada en plena batalla por asentar a su equipo en las alturas de esta Liga.
Kaiky
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