Nabil Fekir suma casi un mes sin jugar. La alegría de Manuel Pellegrini al tenerlo estos días en sus sesiones de entrenamiento está más que justificada. El francés apunta a la cita ante el Celta de Vigo de este domingo para regresar a la escena tras aparcar las dolencias físicas de la lesión que se produjo ante el Real Madrid a inicios del mes de septiembre. Entonces duró once minutos sobre el césped del Santiago Bernabéu. Ahora pretende recuperar su peso en el esquema de Pellegrini y encontrar el camino de la regularidad en su rendimiento, algo que alcanzó en muchos tramos de la pasada campaña. Su vuelta, además, supone aire para el equipo a las puertas de un octubre de vértigo.
Fekir se ausentó durante varias semanas por su lesión y el Betis sólo sumó victorias. El equipo aprendió a ganar sin él pese a ser una baza diferencial sobre el campo. Su regreso, pese a ello, entrega más variantes y posibilidades al bloque de cara a encarar citas claves para confirmar las aspiraciones ligueras y también encaminar el pasaporte a la siguiente fase de la Europa League. Fueron varias piezas las que tomaron su relevo sobre el césped para enlazar la medular con el ataque, aunque ningún jugador del plantel expone esas mismas virtudes en escena. Pellegrini quiere que entre en acción de inmediato y que tome los mandos del ataque en Vigo. Tras ello, analizará si cabe la vía de la rotación y le dará varias citas seguidas para que su ritmo alcance a ser el ideal.
Para Fekir, hay muchos desafíos en esta vuelta. Tiene el reto de ser más incisivo en el juego de su equipo tras entregar sólo dos asistencias en lo que va de curso y también sueña con una meta más lejana, la del Mundial de Qatar. No entró en los planes de Didier Deschamps en sus últimas llamadas pero sabe que el seleccionador mira su rendimiento desde la lejanía. Fue uno de los integrantes de aquel título mundial y puede hacerse un hueco de nuevo en la selección francesa si multiplica su eficiencia en Heliópolis. Será un octubre repleto de retos para Fekir.