La historia entre João Félix y el Atlético parece abocada a la extinción este mismo enero. La cuerda entre el portugués y su entrenador, Diego Pablo Simeone, se tensó tanto que está rota. El conflicto ha llegado al punto de uno u otro. El jugador busca salidas en la próxima ventana de mercado y ya tiene precio. Si el Atlético lo compró por 127 millones en el verano de 2019, lo venderá por un importe alrededor de los 100. Esa es la cantidad que entre fijos y bonus, rondan las ofertas que Jorge Mendes, representante del futbolista, presentará, una cifra que contaría con el beneplácito del club rojiblanco.
United, PSG y Bayern son los clubes más interesados en el portugués. El primero, de hecho, presentó en verano una oferta de 130 millones por el futbolista que el Atlético rechazó. Pero es que entonces esta era otra historia. João había logrado al fin la titularidad, en su cuarta temporada en el club rojiblanco. Tres asistencias en Getafe en la 1ª jornada fue durante muchas su mayor aportación. A medida que iban pasando las jornadas, sin goles, se iba apagando ese brillo fulgurante con el que había amanecido en la temporada. Simeone le sentó tras la derrota ante el Leverkusen en Alemania y ante el Madrid en Liga, sin haber marcado aún y prácticamente desapareció. En Liga jugó después 95′ en ocho partidos (uno no jugó un minuto, ante el Rayo y otro por acumulación de amarillas). El PSG se habría puesto en contacto con el propio João a través de su director deportivo, Luis Campos, para mostrarle su interés en incorporarle ya a su plantilla.
Escaparate Qatar
En estos momentos en el Mundial, de momento João ha logrado algo que no tenía antes de Qatar: galones en la selección. Sin minutos antes del Mundial, el futbolista no conseguía entrar en los planes de Fernando Santos, pero ante Nigeria en el último amistoso antes de Qatar destacó y también lo hizo en el primer partido en Doha, ante Ghana, aunque se mostró más gris ante Uruguay. El Mundial es su escaparate. Los candidatos se van posicionando para tirar del extremo de esa cuerda rota, bajo pago de una cantidad que rondará los cien cuatro años después de su llegada al Atlético.