João Félix está concienciado: cada minuto cuenta y cada partido es una oportunidad, sea cual sea el rival. El portugués vive una temporada de altibajos, como si de una montaña rusa se tratase. Titular en siete de los ocho primeros partidos del Atlético, consiguiendo tres asistencias en su estreno contra el Getafe para no volver a sumar en el apartado estadístico, con el parón se evaporó esa condición de indiscutible del delantero. Y ahora llega al Mundial cuando ha ido recuperando ese protagonismo tras meses en el ostracismo.
Tras el derbi del 18 de septiembre, João Félix desapareció del mapa. Un total de 54 minutos en los ocho partidos siguientes, todos ellos como suplente y sin llegar a participar ante Brujas y Rayo por decisión técnica. En el primero de los casos, tras 16 minutos ante el Girona donde no había conseguido guardar la pelota y estirar al equipo con el marcador a favor. Y en el segundo pocos días después de haber entrado en el minuto 82 en San Mamés y haber sufrido un golpe que le dejó sin poder prácticamente correr. La sensación de fricción entre el técnico y el delantero aumentaba partido tras partido, en el caso del Cholo por entender que no estaba aprovechando los minutos que le daba y en el de João por ver como los resultados negativos lastraban al equipo mientras él veía los partidos desde el banquillo y sin apenas oportunidades.
Sin embargo, desde Cádiz el portugués se ha vuelto a ganar los focos. Entró con 2-0 en contra en el marcador, puso el 2-2 y a punto estuvo de hacer el 2-3 un minuto antes de que el Cádiz lograse hacerse con los tres puntos en la última jugada del partido. Esa fantástica media hora le sirvió para volver a ser titular tras nueve partidos seguidos iniciando en el banquillo. Un partido en Oporto donde el Atlético quedó definitivamente fuera de Europa y nadie, salvo Oblak, la intención de Griezmann y el desparpajo de Pablo Barrios, se pudo salvar de la quema. João Félix regresó al banquillo contra el Espanyol y volvió a ser resolutivo con su entrada, de nuevo con el marcador en contra y haciendo el gol del empate tras pedir el balón, asumir la responsabilidad de acercarse al área rival y demostrar que puede ser un líder.
Y, tras ver su quinta amarilla y ausentarse en la derrota en Mallorca, Simeone situó a João Félix en el once contra el Almazán. Un partido con el Mundial a la vuelta de la esquina, ante un rival de Tercera RFEF y un escenario que podía resultar poco motivante para algún futbolista. El portugués, al igual que los Griezmann, Koke, Witsel y compañía, se centró únicamente en acabar con la racha de cinco partidos seguidos sin ganar sin prestar la menor atención a Qatar. Aquello de que cada partido cuenta ha calado. João Félix completó su segundo partido en toda la temporada (el anterior fue el 3 de septiembre en San Sebastián) probablemente cuando a un mundialista menos le hubiese importado pasar por el banquillo.
El portugués se centró en el fútbol, participó en el primer gol con un buen disparo que rechazó Alberto y empujó Correa, y anotó el segundo tras una gran jugada colectiva, recibiendo de De Paul tras el buen detalle de dejarla correr del ‘10′ y consiguió con un buen zurdazo su cuarto tanto en los últimos cuatro partidos que ha disputado. En estos momentos, João Félix es el decimoquinto jugador en la lista de minutos disputados en el Atlético. Pero, por calidad, puede estar mucho más arriba. Quiere ser importante con Portugal y en su vuelta será el momento de decidir el futuro. Varios clubes ya han llamado a su puerta. En los despachos del Metropolitano le consideran un jugador clave y Simeone ya dejó claro antes del partido de Copa que “ojalá pueda seguir estando con nosotros, ojalá pueda rendir en el nivel que nos ha mostrado en un montón de oportunidades jugando”. João Félix pone rumbo a Qatar tras haber encontrado el camino.