“Es verdad que nos faltan centímetros pero los suplimos de otra manera. Hay selecciones que optan por jugadores más físicos y nosotros optamos por otro tipo de talentos. Pero también tenemos jugadores altos: yo me considero alto, Laporte es alto, Busquets… Defensivamente podemos estar cubiertos y somos de las selecciones que más balón parado generamos, eso podría ser determinante”. Las palabras, a As estos días, son de Rodri Fernández pero bien que podrían pertenecer a cualquier futbolista de la Roja en cualquiera de los últimos Mundiales: España es así, no demasiado alta, a pesar de que ¡en baloncesto! este país haya llevado a sus vitrinas más títulos que casi ningún otro durante los últimos 20 años.
De Sudáfrica 2010, cuando la media era la menor entre las 32 selecciones participantes con 1,75, hasta este Qatar 2022 la Selección ha crecido nada menos que seis centímetros. Pero ese 1,81 de media actual tiene todavía a la Roja lejos de los equipos más corpulentos del torneo, en el puesto 22º en cuanto a la altura. Serbia (1,87) es la Goliat de este Mundial y Australia (1,79) hace de David, con Argentina en el puesto 31º, con sólo algunos milímetros de media más que los oceánicos.
La menudencia de los Xavi, Iniesta, Silva y compañía no impidió a España coleccionar su primera y única estrella en el Mundial de hace 12 años. Cuatro años después, en la decepción de Brasil, los internacionales españoles sumaban cuatro centímetros más de promedio, 1,79, y ésa era la misma estatura que hubo en el también poco convincente campeonato de Rusia 2018. Se ve que la altura no ha influido demasiado en los éxitos de la Selección.
Robert Sánchez (1,97) hace de techo entre los 26 seleccionados de Luis Enrique. Le siguen Rodri y Pau Torres (1,91) y el guardameta titular, Unai Simón, que mide 1,90. Como futbolistas más cerca del suelo, Jordi Alba (1,70), Yeremi (1,72), Gavi y Carvajal (1,73), Pedri (1,74), Balde (1,75) y Koke (1,76). Salvo por el hecho de que los porteros (David Raya mide 1,83) miden más de esa cifra, Luis Enrique podría perfectamente configurar un once hecho de futbolistas que miden menos de 1,80. El balón, al césped.