El “Caso orinal” reabre la polémica de las embajadas españolas

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La protesta de una española en la embajada de España en Londres “Caso Orinal” ha destapado el enfado generalizado de los españoles del Reino Unido con los consulados en el país. Una situación que pone de nuevo en el punto de mira a la embajada de España en Emiratos Árabes.

El ‘caso del orinal’ desata la furia contenida de los españoles contra su consulado en Londres, destaca en un titular el periódico Confidencial un diario digital en España. “…recibimos más de un centenar de testimonios de ciudadanos españoles por la ineficiencia y desconocimiento de la ley de la Embajada”, señala ABC en otro artículo sobre el mismo tema. elDiario.es también recoge la polémica tras la expulsión de la familia del consulado.

Los tres artículos de la prensa española recogen quejas de ciudadanos en Gran Bretaña sobre el funcionamiento de sus consulados. Una situación que no es exclusiva de la embajada española en ese país, sino que se repite en muchas otras embajadas españolas a lo largo del globo.

Caso Orinal

“Después de dos meses intentándolo, Patricia de la Piedra, una española que lleva más de una década residiendo en Reino Unido, logró que le dieran cita en el consulado de Londres para sacar el pasaporte a sus dos hijos -de dos años y medio y de 16 meses- y renovar el suyo. Tanto ella como su marido tuvieron que pedir el día libre en el trabajo, ya que la ley obliga a que estén los dos progenitores presentes. La familia reside en Kent, por lo que para llegar hasta la capital británica tuvieron que realizar un viaje de casi dos horas en tren. “Con dos niños pequeños no es fácil, sobre todo teniendo en cuenta las restricciones en plena pandemia”, explica la española en El Confidencial. Todo ese esfuerzo para, finalmente, abandonar el consulado sin poder realizar los trámites”.

elDiario.es continúa el relato: “La madre se encontraba en la ventanilla haciendo los trámites cuando, al darse la vuelta, vio en la sala de espera a su hija (de dos años y ocho meses) sentada usando el orinal portátil mientras su marido estaba intentado evitar que su otro hijo (de 16 meses) se subiera a la ventana, que estaba abierta. “Llegó el guardia civil a llamarme la atención y se me cayó la cara de vergüenza”, dice Patricia, que se disculpó inmediatamente. El guardia le recriminó no haber avisado para poder abrirle el baño, que estaba cerrado. “Tiene dos años y medio”, dice la madre a elDiario.es, “no te da esa anticipación”, que también asegura que de haberlo visto antes, lo hubiera parado. “Aun así pregunté si podía ir ahora al baño porque ella [la niña] seguía queriendo ir y me dijo que los baños estaban cerrados al público”. La madre detalla su reacción inmediata: “No vimos que la niña había cogido el orinal portátil; algo, por cierto, bastante común en este país.

Cuando me di cuenta de lo que había pasado pedí mil veces perdón. Sin duda, fue un accidente desafortunado y yo me moría de vergüenza”, narra la española. «Me disculpé 100 veces”, explica.

elDiario.es recalca la imposibilidad de la madre por hablar con el superior que decidió expulsarles y parar los trámites. “El personal de administración consideró que aquello “era una falta de respeto”. La trabajadora que estaba en la ventanilla le comunicó que el jefe, con el que le fue imposible hablar directamente, le había dicho que no podían hacerle el pasaporte por “una falta grave de respeto en una oficina pública”. “La pobre mujer que tuvo que pasar el mensaje se fue con lágrimas en los ojos”, dice la madre.

Patricia considera que el castigo es “desproporcionado, sabiendo lo difícil que es conseguir una cita y que estamos en confinamiento”. Además, cree que la persona responsable de la gestión, que no se identificó en ningún momento, tuvo “mala intención”. “Nos echaron del Consulado como perros, nos escoltó el guardia civil a la puerta”, denuncia.

“Me puse a llorar de pura frustración. Me pareció una experiencia tremendamente estresante y en la que mostraron una falta de humanidad”, explica a El Confidencial.

El ‘caso del orinal’ ha corrido como la pólvora en redes sociales y foros de residentes españoles en Londres, desatando una oleada de indignación contenida por años. En apenas unas horas, los tres diarios recibieron decenas de mensajes de otros expatriados relatando experiencias poco satisfactorias. Dificultades para conseguir cita, confusiones con los trámites en la página web, pocas horas de atención al público o unas instalaciones vetustas e incómodas poco preparadas para dar servicio a los residentes. Superada por las circunstancias

Queja formal presentada por Patricia de la Piedra.
Queja formal presentada por Patricia de la Piedra.

La embajada se defiende

Fuentes diplomáticas señalan a elDiario.es que la familia no pidió acceder al baño, cosa que se les habría permitido a pesar de estar cerrado al público. Fuentes diplomáticas consultadas por El Confidencial explican que los baños están cerrados por medidas de seguridad de la pandemia, “pero que, si lo hubiera solicitado, se le habría permitido el acceso como se está haciendo, por ejemplo, con embarazadas y personas mayores”.

Sobre este punto elDiario.es recuerda que, a Patricia, cuando estaba embarazada también le prohibieron usar el baño. “Hace tres años, cuando estaba embarazada, le negaron el acceso al baño porque era el del personal y el otro estaba fuera del servicio. Tuvo que ir a un restaurante cercano”, señala el diario.

Al igual que hacen otras embajadas, la española en Londres se queja de que “parte del problema es que los consulados reciben fondos y recursos según el tamaño de la comunidad a la que tengan que atender. Y no todos se dan de alta. Es algo obligatorio por ley, pero no está penado, por lo que muchos nunca llegan a hacer la gestión”, relata el Confidencial.

Embajadas modernizadas desde 2019

En 2019 se puso en marcha un “plan de modernización”, que supuso “combinar atención telefónica, programando la centralita de manera funcional; página web; simplificando mensajes e incorporando formularios dinámicos; y sistema de citas”. Explican que los departamentos críticos, como Registro Civil Consular y Nacionales, han cambiado por completo su funcionamiento, reservando el sistema de citas para trámites obligatoriamente presenciales, como pasaportes y firma de expedientes. “Todo lo demás va por correo postal o electrónico”, señalan las fuentes, que apuntan que los correos electrónicos se responden en un máximo de 48 horas cuando la información no está incluida en web.

Para algunos residentes, el plan de modernización no es tan evidente. Lo relata El Confidencial en palabras de algunos residentes españoles en UK: “No hay centralita donde te atiendan, la página web es tremendamente confusa por lo que da lugar a error a la hora de llevar documentos solicitados y el sistema de citas es un calvario. En definitiva, son cosas muy básicas ya sea para atender a 50 o 50.000 personas. (…) “cuando llega la hora de hacer una gestión (te entra el) pánico por lo complicado que es absolutamente todo.

Te hacen esperar en la calle hasta que sea tu turno y llaman a los de la hora, no hay acceso para discapacitados o niños con silla, una vez dentro tienes que esperar según qué trámite en las escaleras. La información en la web está fatal, por lo que si llegas y te falta algo te mandan a casa. Los propios trabajadores admiten que están desbordados, aun así, el horario de atención al público es de 9.15 a 14.30 de lunes a viernes, claramente no es suficiente”, añade.

La embajada en UK anuncia ahora nuevo refuerzo

Tras este episodio, la embajada ha anunciado en su cuenta de Twitter el nuevo plan de acción sobre los pasaportes incluye el refuerzo del personal en turnos de mañana y tarde durante los próximos cinco meses y detallan que de las 145.000 personas inscritas en el registro de matrícula consular (calculan que hay unas 45.000 sin registrar), 12.000 personas tienen o tendrán caducado el documento a partir del 1 de julio.

Una fuente cercana a un exfuncionario declaró al diario ABC que la situación de las personas que trabajan ahí no es fácil: «Trabajan en un lugar horrible, casi insalubre, con sueldos que no llegan para vivir bien en una ciudad tan cara como Londres y con mucha tensión», explica, y agrega que «no es justificación para que traten mal a la gente, pero nadie trabaja bien en ciertas condiciones, y es el Ministerio de Relaciones Exteriores el que debería ofrecer soluciones y tomar cartas en el asunto porque esto lleva así años». ABC explica que intentó obtener la opinión del consulado sobre las críticas, pero que no obtuvo respuesta.

Este martes el Consulado anunció el nuevo plan de priorización de expedición de pasaportes, lo que ella considera que dificultará más el proceso para conseguir una cita. Ahora tienen que ser concedidas por el propio Consulado, que organizará a los solicitantes por grupos basados en “criterios objetivos”.

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Ahora, 12 horas seguidas de apertura

Según el consulado, para poder documentar al mayor número de personas posible, se impone establecer un sistema ordenado de concesión de citas, para evitar que los “no shows” (cercanos al 30%), el abuso o la ausencia de documentación requerida por ley en el momento del trámite retrasen una gestión que puede hacerse en apenas 10 minutos con la documentación completa. Además, recalcan que han intensificado ahora sus servicios con el Brexit.

Teniendo en cuenta que en junio termina el plazo para que los comunitarios residentes en el Reino Unido antes de la salida de la UE, reforzara su asistencia “para que los españoles puedan acogerse a este esquema sin problema”. A partir del lunes, el consulado abrirá 12 horas seguidas, esperando gestionar más de 3.000 pasaportes al mes, una cantidad señalan, “muy por encima de la media de cualquier otro Consulado o Comisaria de Policía”.

Otras quejas de la embajada

Recogemos algunas quejas de la embajada que han publicado los tres periódicos a raíz del caso del Orinal. En los catorce años que Beatriz Campos lleva residiendo en Reino Unido, esta malagueña asegura haber tenido varias malas experiencias con el consulado de Londres. “En una de las ocasiones me llegaron a perder el pasaporte de las niñas.

Después de tener que ir cuatro o cinco veces, al final tuvimos que pedir un salvoconducto para poder volar y hacer los trámites mientras estábamos en nuestras vacaciones. En Reino Unido, para sacar los pasaportes a las niñas, lo pudimos hacer todo por email y en tres semanas los teníamos en casa”, explica.

La gota que colmó el vaso, sin embargo, fue cuando tuvo que inscribir a su hija pequeña en el Registro Civil. “Fue peor que el parto”, matiza. “Nos habían dado cita específicamente para realizar el trámite y cuando llegamos allí nos dijeron que ese día concreto de la semana no tocaba presencial, que se tenía que hacer por correo. ¿Entonces, para qué nos dan cita después de tanto tiempo esperando?”, comenta.

Denuncias de ineficiencia y desconocimiento de la ley, que le impide a una pareja gay inscribir su matrimonio, así como de problemas como el rechazo de documentos por motivos como que «el fondo de la foto no es lo suficientemente blanco» o que una firma «no es exactamente igual a la del DNI o pasaporte». Las acusaciones llegan hasta los malos tratos, como gritos e incluso insultos. Lorena Francis de Celis, de Salamanca y con casi 7 años en el país, cuenta que hace dos años, cuando nació su hija, le dijeron que no podían registrar a la niña por ser hija de dos mujeres. «Nos dijeron que no era legal» y que «no es normal que dos mujeres tengan una hija». «Pero teníamos el registro de la niña en el ayuntamiento de la localidad donde vivimos, donde no tuvimos ningún problema», explica. Además de indicarles que «tenían que estar casadas», les dijeron que harían la consulta en España y «ya nos dirían algo». Como no las llamaban, decidieron casarse, «sin familia, sin amigos, solo por el trámite», solo para que en la siguiente cita les indicaran «que en realidad no era necesario hacerlo» y sostener que la persona encargada de llamarles para decírselo no lo hizo.

Los problemas no acabaron allí, ya que además de asegurar que se les trató mal, esto ralentizó el proceso para la obtención del libro de familia y posteriormente del pasaporte. «Como queríamos viajar a España, fuimos a por un salvoconducto que no nos quisieron dar porque la persona encargada supuestamente estaba mala. Como me quedé ahí exigiéndolo, fui escoltada por el guardia civil, como si fuera a hacer algo con una niña de meses al pecho». Interpuso una queja de la que nunca supo nada.

Más quejas

Más allá va Pedro M., que, como muchas otras personas que contactaron a los medios, pidieron no dar su nombre completo por «miedo a que nos fichen y luego tengamos aún más problemas por hablar con vosotros». «Te tratan como si fueras una escoria, una basura, y no un ciudadano de un país civilizado que merece que su gobierno lo proteja», denuncia, y afirma que hay «sobre todo una persona que es la reina del cotarro, que grita e insulta a la gente mientras los demás agachan la cabeza… con ella tuve una muy gorda porque esa no es forma de tratarnos, que somos españoles y nos merecemos un trato correcto por parte del personal», explica. «Me dijo de todo y al final tuve que ir a España a renovar el pasaporte con tal de no poner un pie ahí de nuevo», asegura, pero se pregunta: «¿Qué habría hecho ahora en plena pandemia y con el Brexit? Es vergonzoso».

María también presentó una queja formal después de haber vivido una experiencia durísima por no poder renovar el pasaporte de su hijo meses antes de volar a España, y tampoco pudieron obtener un salvoconducto. Además de que nunca recibió respuesta, pudieron viajar ya que se enteró por otra vía de que una persona con ciudadanía española puede entrar al país aún con el pasaporte caducado.

«Los funcionarios que trabajan allí (con excepciones por supuesto) no tienen ni idea de lo que significa la atención al público y la poca empatía que demuestran ante los problemas que se presentan es realmente lamentable», declara por su parte Marta Fernández Seoane, que como madre soltera y sin relación con el padre, expresa su indignación porque «el consulado exige que se presenten los dos progenitores para la expedición o renovación del pasaporte del menor. ¿Y cómo hacemos? Pues no lo saben. No tienen una solución. No aportan ningún tipo de información y nos dejan sin pasaporte para los niños». «Llevo 25 años en Londres y siempre que he ido allí ha sido una auténtica pesadilla», asegura, y dice sobre ella y su hija que «somos ciudadanas británicas también, si no fuera así no podríamos viajar ni hacer ningún trámite que requiera documentación, como registrarte en el médico, inscribir a la niña en un colegio… cosas básicas que tenemos que hacer con el pasaporte inglés ya que no tenemos el español. Pero ¿y si no tuviéramos el pasaporte inglés? No quiero ni pensarlo», dice, y culpa a una «administración que se supone tiene que ayudar a los ciudadanos españoles y no lo hace», un problema que «empeora con el Brexit, ¿cómo harán estas familias para conseguir el ‘settled status’ con los pasaportes de sus hijos caducados? ¿Y en el caso de los niños que estén sin pasaporte?», se pregunta.


Aqui puedes encontrar el listado de embajadas en Emiratos Árabes.