Finalizado el primer tramo de la temporada, que ha constado de los nueve primeros partidos antes del parón de selecciones, ya se puede atisbar que esta campaña va a ser complicada para Nacho Fernández, el chico para todo de la defensa del Real Madrid al que el mercado blanco de este verano ha dejado en una situación difícil. Tras el fichaje de Rüdiger, que llegó gratis desde el Chelsea, Nacho ha pasado a ser el cuarto en la rotación del centro de la zaga.
Sólo hay que echar un vistazo a la cuenta de minutos de los cuatro centrales blancos (Vallejo aparte; sabe que no cuenta, pero prefirió quedarse en el Madrid pese a ello): Alaba lleva 713 minutos; Militao, 495′; Rüdiger, 445′; y Nacho, 211′. Ancelotti dejó claro en pretemporada que no quería romper la pareja Alaba-Militao, la que ganó el curso pasado el doblete Liga-Champions, pero al mismo tiempo se siente obligado a dar minutos en cuanto pueda a Rüdiger, un fichaje estratégico del club para reforzar la defensa. En ese proceso, Nacho se queda sin apenas espacio, aunque Carletto demuestra que le tiene en alta estima y de momento ya le ha dado dos titularidades.
El futuro de Nacho
Pero Nacho sabe que le viene la que probablemente será su temporada más difícil en el Real Madrid, al menos en los últimos años, en los que había logrado asentarse como tercer central y jugar con bastante regularidad. El propio Ancelotti ya le regaló varios cumplidos el curso pasado: “Tiene la capacidad de estar concentrado los 90 minutos. No todos los defensas lo pueden hacer. Hay dos tipos de defensas en el mundo, el optimista y el pesimista. Él es pesimista porque piensa que alguien puede fallar y por eso está tan concentrado”. La mejor baza de Nacho para este curso, en cualquier caso, vuelve a ser su polivalencia, su capacidad para jugar en los cuatro sitios de la defensa. En una campaña marcada por el calendario apretadísimo y por el Mundial de Qatar, esa polivalencia puede dar a Nacho los minutos que, de momento, no le están llegando al zaguero.
Y a todo esto, el alcalaíno afronta la que podría ser su última temporada en el Madrid. Acaba contrato en junio de 2023 y para entonces tendrá 33 años. Pero es poco probable, pues las conversaciones entre el club y los representantes del jugador ya han empezado de cara a una potencial renovación. No hay ninguna prisa, pues la intención de ambas partes es continuar y saben que puede plasmarse el acuerdo al final del curso, como ya han hecho otros jugadores. Modric es el mejor ejemplo.
El acuerdo, cuando se anuncie, será por una temporada, hasta junio de 2024. Y en el Madrid no cierran la puerta a una continuidad indefinida, mientras Nacho mantenga el nivel, algo que, como se ha visto de momento esta temporada, sucede de sobra. Tiene cartel en varios países del extranjero, especialmente en Italia: Juventus, Roma y Nápoles han venido a buscarle varias veces. También el Sevilla hizo un intento hace dos veranos, pero Nacho lo tiene claro: si se va, no quiere jugar en España, donde tendría que enfrentarse regularmente a su Real Madrid.