Rodrigo de Paul debe dar un paso adelante en el Atlético. El centrocampista llegó al club en el verano de 2021 después de una extraordinaria Copa América con Argentina, culminada con un título donde fue claro protagonista. Sin embargo, de rojiblanco parece otro futbolista. Y, con el Mundial a la vuelta de la esquina, se necesita esa versión cada vez que se viste con la albiceleste.
La ausencia de Koke, Lemar y Llorente está lastrando al centro del campo de Simeone. Con la dupla de Kondogbia y Witsel se gana músculo y fuerza para sostener las llegadas rivales, pero tienen problemas para romper líneas e iniciar las jugadas, ya que son dos jugadores de mayor perfil defensivo y habituados a ejercer como guardaespaldas de sus compañeros en el medio. En el caso de Koke, sus periodos de baja hablan por sí solos. Cada vez que el vallecano sufre un problema físico el equipo se resiente. Desde la llegada de Simeone, el jugador con más partidos en la historia del club únicamente se ha perdido ocho encuentros de Champions. El Atlético ganó dos (Astana y Borussia Dortmund), empató cuatro (los dos del Qarabag, Manchester United y Bayer Leverkusen) y perdió otros dos (Bayer Leverkusen en 2015 y Benfica). Un balance de seis pinchazos en ocho encuentros que refuerzan su importancia.
Y, sin esas alternativas para mover el equipo, Simeone recurrió a su compatriota De Paul y a Saúl en el descanso del duelo ante el Leverkusen. Dos futbolistas que dieron energías y cambiaron la cara de un equipo que caía en el marcador y le costaba llevar a cabo una presión ordenada. Con Witsel de central y Kondogbia escudando a los dos nuevos centrocampistas, De Paul se hizo cargo de pedir el balón, mandar la salida por su costado y tratar de generar peligro e hilvanar juego desde atrás. Mostró la personalidad que se esperaba en su fichaje. El jugador de 28 años se ofrecía constantemente hasta aprovechar un pase atrás de Carrasco en la frontal para conseguir un gran gol que devolvía las esperanzas al Metropolitano.
Con De Paul y Saúl se equilibró la presión, el equipo mordió más arriba y consiguió robar cerca del área rival. El argentino completó 39 pases de los 50 que intentó (78% de acierto), un porcentaje quizás bajo, pero que tiene que ver con el riesgo de sus pases. Hay que tener en cuenta que 32 de ellos se produjeron en campo rival. Combinó bien con Nahuel Molina, generó dos potenciales asistencias y recuperó cuatro balones. Unos buenos 45 minutos para creer en que puede ser importante antes de Qatar. El Atlético necesita energía y luz en el medio y De Paul puede ser el recurso para recobrarla.