Rodrigo de Paul tiene un ojo en Madrid y otro en Qatar. El Mundial se acerca y el argentino es uno de los grandes referentes de la albiceleste para intentar levantar un trofeo que les es esquivo desde la era Maradona y donde llegan como favoritos tras conquistar la Copa América. El jugador del Atlético atendió a la revista Rolling Stone para repasar su situación.
Con el Mundial a la vuelta de la esquina, De Paul explica que “los días son un poquito más largos, pero es algo normal faltando tan poco. Es una mezcla de sentimientos… A veces uno puede ponerse nervioso por toda esta expectativa, por las ilusiones que este equipo genera hoy en todo un país. Pero los jugadores con experiencia ya sabemos cómo manejarlo (…) La gente quiere que Argentina salga campeona del mundo, pero sobre todo tiene muchas ganas de que Leo (Messi) gane esta Copa. Y no solo en Argentina pasa eso, también en otros lugares del mundo. Leo ya ha dejado un legado muy relevante en la selección, eso es lo más importante. Todo lo que ha generado para el fútbol argentino va a quedar para la historia, no necesita nada más para reafirmarlo. Pero nosotros tenemos que ayudar para que gane este Mundial simplemente porque sería algo muy merecido. Es lo que deseamos todos a los que nos gusta el fútbol, ¿no?”.
Sobre su momento de forma, De Paul también es consciente de que tiene que crecer en el Atlético. “Físicamente estoy muy bien porque soy una persona que se cuida. Entreno mucho, dedico mi vida cotidiana al fútbol y eso hace que me sienta muy bien, que llegue entero. Es verdad que hay muchas cosas que te las dan solo los partidos, la continuidad: la dinámica con la que manejas la pelota, los controles, todo eso te lo va dando jugar seguido. Es importante llegar con una carga de minutos encima, y yo no estoy jugando siempre en el Atlético. Pero ahora, faltando tan poco, no me parece algo primordial. Si el Mundial se hubiera jugado en julio, hubiésemos llegado más desgastados, pero Qatar nos encuentra en mitad de la temporada, entonces estamos mucho mejor. Mi pronóstico es que nos espera un mundial de muy buen fútbol (…) Me falta mucho por dar acá. La historia en el Atlético empezó hace apenas un año y medio, y en todo ese tiempo hubo momentos muy buenos y otros no tanto, yo lo sé. Pero siempre fui autocrítico. También sé que puedo dar más. Creo que el equipo merece que yo le dé más. Y estoy trabajando para eso, buscando ser mejor, ser protagonista. Mis compañeros confían mucho en mí, pero todos sabemos que se trata de un proceso en el que las cosas se van a ir dando de a poco. Cuando trabajas y estás tranquilo mentalmente, las cosas funcionan”.
De Paul también tiene palabras hacia Simeone. “Diego es una persona que transmite mucho el valor de ganar. Vive para el fútbol y tiene una pasión muy a flor de piel. Esa es una gran virtud. Lo importante es que sabe transmitir esa pasión. Porque hay gente apasionada en cualquier tipo de trabajo, pero capaz que no transmite, que no contagia. Diego es muy gestual, habla mucho con el cuerpo y te contagia esa pasión que siente por el fútbol, por ganar, por vivir de esto y para esto. Te hace dar cuenta de dónde estás, de lo que vale ese lugar. Tenemos una relación cercana porque somos argentinos y porque yo me veo reflejado en muchos aspectos cuando pienso en él como jugador. Me pasaba cuando no lo conocía, y ahora, que lo conozco, esas cosas cobraron mucho más valor y fomentaron una relación que yo siento muy cercana. Como técnico, es uno de los mejores del mundo, de eso no hay dudas. Ha hecho con el Atlético cosas increíbles, al margen de todo lo que ganó. No es fácil mantenerse en un club como este más de diez años, llevarlo a Champions League, ser siempre protagonista. El Cholo ya es parte de la historia grande de este club”.
Por último, analiza la figura de Leo Messi. “A Leo lo quiero mucho, y sé que él me quiere mucho a mí. Fuera de la cancha estamos cerca porque nos divertimos, somos amigos. Y yo con mis amigos la paso bien. Es verdad que a mis otros amigos no les sacan las fotos que le sacan a él [risas]. Fuimos generando fuera del campo algo que adentro también se da, por suerte. Justo tenemos la posibilidad de jugar muy cerquita, de estar mucho en contacto. Muchas veces, el análisis que voy haciendo mientras juego me lleva a intentar que él corra menos, que haga menos desgaste y tenga más resto para desnivelar. Son cosas que me pasan por la cabeza durante el partido. Entonces el diálogo con él es constante, nos entendemos con una mirada. Leo también me habla con el cuerpo, yo me doy cuenta si está esperando que pase para llevarme una marca, por ejemplo. Muchas cosas nos salen de memoria, y eso no pasó porque nos lo propusimos deliberadamente, se dio de una manera muy natural. A mí me parece que esto sucede porque hay una amistad, una buena energía entre nosotros. Eso ayuda a que las cosas salgan mucho más fácil”.