Uno de los nombres importantes del Mundial será Christian Eriksen. El jugador danés vuelve a un gran torneo con su selección 532 días después de esta más cerca de la muerte que de la vida. Sucedió en el partido de la Euro ante Finlandia, en el Parken de Copenhague. El centrocampista sufrió un problema cardiaco y se desplomó sobre el césped. La rápida intervención médica le salvó la vida. Su imagen tendida en el suelo aún es recordada con estremecimiento.
Ha pasado año y medio y la vida de Eriksen ha cambiado por completo. Cambio de liga porque las leyes italianas no le permitían seguir jugando allí con un marcapasos. Volvió a Inglaterra, primero en el Brentford y luego en el United. Y, lo más importante, se vistió de nuevo el uniforme de la selección.
“Muchas cosas sucedieron en este período. El Mundial es un momento importante y se convirtió en un objetivo cuando supe que volvería a jugar. Es importante sentirme vivo, sentirme con mi familia y estar de vuelta en el equipo danés”, comentó el jugador en su concentración en Doha.
Eriksen es el ejemplo de superación perfecto para que Dinamarca siga dando guerra a los grandes. “Creo que siempre hemos sido fuertes y creemos en nuestro fútbol, pero la gente empezó a confiar más después de todo lo que pasó en la Eurocopa. Es un sentimiento positivo de cambio de perspectiva, principalmente por parte de los aficionados y los medios de comunicación”.
Ahora tendrá que verse las caras con Francia, la campeona del mundo, su rival más duro del grupo. “Formar parte de este equipo siempre es bueno y ayudar es en lo único en lo que pienso. Tenemos un grupo muy bueno. Ya hemos ganado a Francia dos veces, pero este es otro campeonato y Francia otro equipo”, aseguró un Eriksen feliz de estar en Qatar y… de estar vivo.