Dos selecciones antagónicas, dos países entre los que no se encuentra vínculo alguno, estrenan el Mundial y el grupo de las oportunidades. La anfitriona e ilusionante Qatar lleva esperando 12 años este partido; la irregular Ecuador no hubiera imaginado hace 20 meses verse en esta situación (sigue el partido en directo en AS.com).
Así es el Mundial y así se abre en el fastuoso estadio Al Bayt, que se poblará de blanco en las gradas por la acumulación de hinchas locales con el clásico thobe. Es el primer partido en la historia de los Mundiales para Qatar, todo un orgullo para una población en la que el fútbol ha entrado casi con calzador en la última década.
Buena parte de culpa la tienen los españoles. Uno de ellos, Iván Bravo, fue designado como el hombre que debía construir un equipo competitivo para el Mundial. Se le dieron las llaves de la Academia Aspire para captar a los mejores talentos del país. Fue él quien fichó a Félix Sánchez para las categorías inferiores. El trabajo fue tan bueno que acabó alcanzando la absoluta y ganando la Copa de Asia. Varios de esos talentos pulidos como diamantes estarán hoy en el debut, especialmente sus dos estrellas: Almoez Ali y Akram Afif.
En Ecuador todo fue mucho más improvisado, pero salió igual de bien. El proceso empezó con Antonio Cordón en la dirección deportiva y Jordi Cruyff, ni más ni menos, en el banquillo. Poco duró aquel propósito. La federación, sumida en una fuerte crisis, tuvo que recular y tirar de un técnico que obró el milagro como Gustavo Alfaro.
De la ruina pasaron a ser el equipo más físico de Sudamérica y así alcanzaron el Mundial. La brillante generación de jóvenes (Hincapié, Estupiñán, Caicedo, Plata…) se ha hecho con un sitio de manera brillante. Han tenido el contratiempo de la baja de Byron Castillo, amenazado por la FIFA por dudas en su lugar de nacimiento. Le suplirá Ángelo Preciado. Un debut esperado, un partido para la historia. Qatar contra la Tri.