Un sábado sin ganas de cocinar, un nombre me vino a la mente: “LOLA”. Y así fue como decidimos ir al menú cerrado Sobremesa de LOLA TABERNA española. Lo que iba a ser un lunch se convirtió en una experiencia recomendable que he querido compartir con vosotros.
Ubicación
LOLA TABERNA está ubicada en Al Barsha Heights, Tecom, en el hotel Tryp by Wyndham Dubai. Llegar es muy fácil y estacionar aún más: en el sótano 1 (B1), aparcamiento gratuito si dices que vas a comer al restaurante.
Subimos en ascensor directamente y, al entrar al restaurante, la mirada cae inmediatamente en la cocina abierta donde la vista se recrea con los apetitosos platillos que están llevando a las respectivas mesas. He aquí el momento en el que la boca inicia a hacerse agua.
El restaurante
El interior del restaurante es acogedor, cálido, espacioso. Resalta un mural de ella, la única, la Faraona, ¡LOLA!, que da nombre al restaurante, adaptando su famosa frase al lugar. Vemos escrito: “SI ME QUERÉIS, VENIR”. Y con esta frase se abre la invitación a disfrutar de LOLA y su ambientazo.
Nuestra mesa está en el patio exterior. Las mesas dispuestas con sus correspondientes separadores, que, siendo transparentes, mantienen las precauciones necesarias por la situación que estamos viviendo, sin restarle nada al ambiente agradable, festivo y ameno que se respira.
Con un vermut empieza todo
Ya sentados en nuestra mesa, nos traen el menú cerrado del sábado que se llama Sobremesa. La primera palabra que llama mi atención es Vermut, que no puedo esconder la cantidad de recuerdos que esa palabra me hizo evocar. Experiencias vividas entre Barcelona y Madrid, generalmente los domingos, con mis padres, en esas tabernas, en esos bares, compartiendo risas y momentos que se convertirían en memorias y que hoy hacen que una sonrisa cómplice aflore en mi rostro.
Y es que, en LOLA, se respira ese aire de taberna, de recuerdos, de amigos reunidos antes de la comida para intercambiar esos momentos que perdurarán en la memoria en los años venideros.
Por supuesto, junto con el Vermut no podían faltar unas deliciosas aceitunas estilo “Keka” de la abuela; los chips de patatas, que fueron devoradas por mis hijos, y una grata sorpresa que nos trae y une a la comida peruana: un ceviche de lubina con kikos a la Andaluza. El kiko, el fruto seco del maíz tostado y el sabor de la lubina le da ese toque particular al ceviche, abrazando e incluyendo un toque latinoamericano dentro del menú.
Lunch Sobremesa para los sábados
Tras el vermut, empieza propiamente el lunch. Empezamos el tradicional, que no puede faltar en la mesa, el “Pa amb tomàquet” y aceite de oliva junto con los pimientos padrón, con su intenso sabor y un ligero toque picante en uno que otro, lo que avivaban las papilas gustativas, para después saborear una tabla de charcutería ibérica de bellota. El cierre a esta parte del menú lo ponen una jugosa tortilla de patata en su punto y unas croquetas de queso sobre una delicada mermelada de tomate dulce. Debo decir que la combinación de las croquetas de queso, con la mermelada de tomate y un trago del Syrah ecológico español, que nos sirvieron, fue algo muy particular y me gustó mucho. Corroborando otra vez que, si bien LOLA sigue una línea sencilla de taberna, tiene unos toques que le dan ese punto particular a su menú. Como lo es el ceviche y las croquetas de queso con mermelada de tomate dulce.
Llegamos al momento de decidir qué paella íbamos a comer. Como la elección se nos hacía difícil, pues salomónicamente escogimos la paella Mixta “del Senyoret”, y nos complacimos todos. La paella estuvo en su punto justo, no muy seca no muy “caldosa”, dejando degustar sus ingredientes de manera suave y delicada. La paellera quedó realmente “limpia”, ni un granito de arroz olvidado, pudo ser testigo que la disfrutamos.
Momento Porrón
Y justo terminando la paella, nos proponen el “porrón de vino”. Para los no muy familiarizados con la cultura española, es un recipiente de cristal o cerámica, cuyo detalle más representativo es su forma: una botella abombada en la base con un largo pitorro acabado en punta y por el que sale el vino; y un brazo largo en el lado opuesto para sostenerlo mientras se usa. Verlo me recordó mis veranos en Madrid, tratando de aprender a beber agua de un botijo.
Me sorprendió mucho que mis hijos, bebieran perfectamente del porrón. Agradezco al personal de LOLA, que gentilmente llenaron de agua un porrón para hacerles vivir la experiencia a mis chicos, la cual disfrutaron ¡muchísimo!
El Servicio
Y es que el personal de LOLA nos hizo sentir en casa, cuidando los más mínimos detalles. El restaurante estaba casi lleno. Pero si bien había muchas personas, se respetaron las medidas de distanciamiento social y no nos sentimos desatendidos en ningún momento.
La música, pop rock español y latinoamericano nos acompañó todo el rato, disfrutando de éxitos de Mecano, Duncan Dhu, Hombres G, Juanes, entre otros.
De postre, unas porras con chocolates que nos hicieron chuparnos los dedos, ¡literalmente! De más está decir que mis hijos se me adelantaron y casi me dejan sin nada.
Lo que menos me gustó
Lamento decir que no nos gustó el café con el que terminamos. Estaba bastante ligero y apenas tenía espuma. Tal vez habría que revisar un poco esa máquina de café nueva.
¡Definitivamente LOLA! un nuevo sitio en Dubái dónde las palabras taberna, amigos, ambientazo y buen comer se unen para atesorar gratos recuerdos.
El lunch del sábado cuesta 210 AED por persona con bara libre de alcohol. 199 AED cuesta el lunch con bebidas sin alcohol. Niños gratis hasta los 6 años y 50% para los de 6 a 12 años.
Si ponemos en una balanza la calidad de la comida y lo bien que lo pasamos con el momento porrón, añadiendo el ambiente del local y el servicio que realmente te hace sentirte como en casa, considero que el precio es justo. Lamentablemente no es el precio de una taberna en España, pero siempre hay que agradecer el esfuerzo que ha hecho Lola Taberna para traer este concepto fresco a Dubái.
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