Ansu todavía amaga, pero no pega. Pero está llamando a la puerta. Los que ven el vaso medio vacío, interpretan que el futbolista no escapa aún a los demonios de las lesiones. Pero quienes lo ven medio lleno tienen la sensación de que está a punto de subir el último escalón para volver a ser ese jugador refrescante y especial, llamado a ser heredero legítimo del diez de Messi y protagonista de una nueva era en el Barça.
El jugador nacido en Bissau cumplió este domingo 20 años. Ya se ve lejanísimo aquel día en que Valverde, sin lesionados, tiró de él para empezar la temporada 2019-20 y el chico, un prodigio, se lo devolvió convirtiéndose en el goleador más joven de la historia del Barça en marcar en LaLiga y el futbolista que mantiene la plusmarca del gol más joven en la historia de la Champions.
Ansu no está al cien por cien, pero las lesiones son historia para Ansu. Al menos, esta temporada. Hay un dato que suele pasar desapercibido pero es significativo. Ansu ha jugado minutos en los 17 partidos oficiales de la temporada. Nunca los noventa minutos completos, es cierto (el partido en el que más jugó fue ante el Villarreal: 75′), pero siempre ha estado disponible y, viniendo de donde venía, eso es una gran noticia. Ansu suma 569 minutos esta temporada. Ya es casi lo mismo que en los dos cursos anteriores. Ni en la temporada 2020-21 (597′), ni en la temporada 2021-22 (también 597′) había superado los 600 minutos. Es un dato para el optimismo, porque significa que la máquina, aunque no sea a todo trapo, ha empezado a arrancar. Su próximo objetivo, después de jugar casi todo, debe ser ganarse la titularidad. El puesto de falso extremo izquierdo, en el que Raphinha y Dembélé no parecen estar del todo cómodos, está hecho para él.
Si Ansu quiere mirarlo desde un prisma positivo, cualquier escenario le puede beneficiar. Si consigue convencer en los tres partidos que quedan a Luis Enrique para ir al Mundial, su autoestima recibirá un subidón brutal. Pero si finalmente no va, puede enfocar todos esos minutos que ha tenido desde que empezó la temporada de la mejor manera para hacer otro trabajo de fortalecimiento durante el parón que lo lleva hasta su tope. Pero claro, el sueño y el deseo que pidió cuando soplo la vela de sus 20 años no pudo ser otro sino el del Mundial de Qatar.