Aunque aún se antoje lejano, en realidad ya ha comenzado la cuenta atrás hacia el retorno de una Liga interrumpida atípicamente esta temporada por la disputa de la Copa del Mundo. Una reanudación que en el Espanyol se observa de reojo, habida cuenta de que se tratará de uno de los partidos más simbólicos del año: el derbi, ante el Barcelona, en el Camp Nou. Se jugará el sábado 31, Nochevieja, a las cuatro de la tarde. Y así va por ahora esa suerte de maratón que deberán trazar los equipos hasta alcanzar esa cita.
Toma carrerilla y ventaja por ahora un Espanyol que retomó los entrenamientos el pasado viernes 25 de noviembre, después de haber gozado de algo menos de dos semanas de vacaciones, desde la disputa de la primera eliminatoria de la Copa del Rey, el sábado 12, ante el CD Rincón en La Rosaleda (0-3). Antes comenzó el asueto del Barcelona, pues se libró de la ronda copera al estar clasificado para la Supercopa de España, por lo que tras jugar el miércoles 9 ante Osasuna, en Liga, ya comenzó la diáspora. Y no será hasta este lunes, 5 de diciembre, cuando Xavi Hernández vuelva al trabajo sobre el césped. Nueve sesiones llevarán ya sobre sus espaldas los de Diego Martínez.
A esas dos semanas de ventaja, en días de vacaciones y en tiempo efectivo de entrenamientos, cabe añadir que mientras el Espanyol cuenta con casi toda su plantilla disponible, salvo Martin Braithwaite –su único mundialista, eliminado ya–, el Barcelona se pondrá a ejercitarse el lunes en cuadro: Héctor Bellerín, Marcos Alonso, Pablo Torre e Iñaki Peña son los únicos jugadores aptos de los que dispondrá de entrada Xavi, quien irá recuperando paulatinamente a los hasta 17 participantes en la Copa del Mundo de Qatar.
Precisamente el rendimiento en esa cita y sus consecuencias, ya sea en desgaste o por el contrario en lo que puede generar de llegar en plena forma al reinicio de la Liga, sin haber experimentado un parón brusco como el resto de futbolistas, pueden marcar de entrada ese derbi de Nochevieja. Como también, por el contrario, el hecho de que vendrá el Espanyol de una suerte de pretemporada y de haber competido ya 11 días antes, el martes 20, en la segunda ronda de la Copa, ante el Atlético Paso, de Segunda RFEF. En definitiva, todo es una incógnita, pero la emoción en vistas al Barcelona-Espanyol está garantizada.