Un gol de Svanberg cuando apenas faltaban ocho minutos para el final del partido arruinó la despedida de México en Girona, donde ha pasado dos semanas de preparación antes del Mundial de Qatar. Se despiden los de Tata Martino con un revés y una cierta debilidad defensiva. Quedaban pocos minutos para el inicio del último amistoso de México ante Suecia y Montilivi empezó a llenarse de aficionados de la Tri. Equipados con sus colores verdes y con sus sombreros, animosos a las puertas de ver a su selección viajar a Qatar en busca de pasar la fase de grupos. Algo de murmullo levantó el nombre del Tata Martino cuando se coreó en la grada, pero pronto las dudas se tornaron en aplausos cuando rodó el balón. Especialmente porque México controló el partido durante la primera media hora, quizás con un ritmo lento de circulación pero suficiente para arrinconar a Suecia, defendió sin excesivos apuros.
Chavez probó a Nordfeldt con un tiro tímido. Más atrevido fue Uriel Antuna, del Cruz Azul, el mejor de una primera parte de poco ritmo y mucho control. El extremo fue incisivo, encaró cada vez que recibió, el jugador distinto de los 22. Su lanzamiento al larguero cuando la primera parte expiraba fue lo más peligroso. De las botas de Héctor Moreno y Herrera brotaban todos los ataques mexicanos, pero Suecia despertó en el minuto 30. Y de qué manera. En apenas 15 minutos mostraron un ritmo de balón más elevado, encontraron las bandas y llegaron al área con insistencia. Svanberg tuvo la ocasión más clara.
Fue el presagio de lo que vendría después. La suerte, esos centímetros que separan el gol del poste estuvieron de su lado. Mientras Chavez estrelló el balón en la madera, Marcus Rohden no perdonó en una acción rápida sueca y remachó a gol el centro al segundo palo. Lo celebró con rabia. Suecia, que no estará en Qatar, estaba en poder de una victoria al menos moral ante una de las selecciones clasificadas.
Pero la alegría le duró poco a los europeos. Un pase en profundidad por el costado izquierdo lo remachó a gol Alexis Vega. Gran contraataque de la Tricolor que pilló descolocada a la defensa. Locura en la grada y en el césped. La llegada de los goles no fue casualidad. El partido se había animado y se pasó al descontrol. Había pérdidas y espacios. También más talento, como en México con la entrada de Raúl Jiménez, Lozano y Guardado. Calmó Suecio el juego con Forsberg, el jugador del Leipzig, que empezó a llevar la manija y a ordenar a sus compañeros. Y ahí llegó el tanto de Svanberg a balón parado. La Tri buscó el empate con ahinco, pero no llegó. Se va a Qatar con amargo sabor.