Hazard, en la salud y en la enfermedad. Pieza innegociable para Roberto Martínez y su Bélgica. Lo demuestra que incluso ahora, cuando atraviesa uno de los momentos más delicados de sus últimos años -y los ha tenido verdaderamente lábiles-, ha recibido la llamada de su país. Estará en Qatar 2022, aunque la cuestión es cómo. Primero y más importante, con qué ritmo competitivo, pues los últimos partidos ha sido prácticamente invisible para Ancelotti, que señaló a la “competencia” como su gran problema. Y segundo, con qué confianza. Esto último parece tener una solución más sencilla: los Diablos son su oasis, donde todo encaja con facilidad.
En cuanto al ritmo competitivo, ardua cuestión. Para resumirlo, hay que mirar a Glasgow: Benzema sufrió una lesión que abrió una vacante en la delantera y Carletto, lo eligió. Había hecho una promesa en Cibeles y era el momento de cumplirla; empezó haciéndolo, con un gol y media exhibición. Su examen tuvo tal nota, que repetir ante el Mallorca fue una cuestión de meritocracia. El problema es que aquel soleado 11 de septiembre su castillo se volvió, de golpe y porrazo, en uno de naipes. Del casi todo, a la casi nada.
Decepcionó, pese a que Ancelotti tratase de exculparlo públicamente (”no le he pedido que haga goles, sino muchas otras cosas”). Para sus adentros la sensación era la mayoritaria y los números, semanas después, lo fueron confirmando. Porque desde entonces Hazard no ha vuelto a jugar ni un solo partido de Liga. Nada, cero. Sólo ha tenido dos participaciones: 56′ en el empate en Varsovia (1-1) y 15′ en la derrota en Leipzig (3-2). Esta temporada suma 229 minutos, siendo el quinto jugador con menos intervenciones de la temporada (sólo Odriozola, Vallejo, Mariano y Ceballos han jugado menos).
The Last Dance
A sus 31 años, todo parece indicar que este será su último Mundial. Porque aunque con 35 aún podría plantearse estar en Canadá-México-Estados Unidos, la sensación en Bélgica es que Qatar será la última oportunidad de la generación dorada. Que es ahora o nunca. Porque después, un relevo generacional será irremediable. Con este, Eden habrá jugado tres Mundiales: estuvo en Brasil 2014 (eliminados en cuartos ante Argentina) y en Rusia 2018 (terceros, tras ser apeados por Francia en semifinales; marcó tres goles y dio dos asistencias, una actuación soberbia que le disparó el caché). Ahora, tras recibir la confianza de Roberto Martínez -pese a todo-, volverá a intentarlo. Tal vez, a la tercera.
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