La recuperación de Ansu Fati está siendo un proceso lento, pero seguro en el que el joven delantero que el pasado lunes cumplió 20 años, va a tener que armarse de paciencia en busca de un punto de efectividad que llegará antes o después pero que todavía no ha alcanzado y que puede comprometer su presencia en el Mundial de Qatar.
Desde el vestuario, tanto los técnicos como los médicos le siguen recomendando paciencia, especialmente desde que el jugador decidiera no operarse tras su mala experiencia en las primeras intervenciones que sufrió tras su rotura de menisco hace dos años.
Xavi le sigue dando minutos en una muestra total de confianza y es de los pocos jugadores del equipo que ha jugador en todos los partidos disputados hasta ahora con seis apariciones en la Champions y doce en LaLiga, aunque sólo haya sido titular en cinco ocasiones (tres en LaLiga y dos en la máxima competición europea).
El problema que puede agobiar a Ansu y contra el que lucha el cuerpo técnico es que su gran virtud, que es la efectividad cara a gol, se ha visto afectada. Le falta ese punto que le distinguía de otros jugadores, pero desde el banquillo le tratan de convencer que no se agobie., que esa magia no se pierde y es cuestión de volver a encontrar el punto, que siempre cuesta tras una lesión tan larga.
Aún así, Ansu ha marcado tres goles en LaLiga y poco a poco va recuperando confianza, pero no se puede esconder que está lejos de su versión óptima y eso, unido a la ansiedad que provoca la inminente publicación de la lista de convocados para el Mundial, tampoco ayuda.
Desde la vertiente médica se trata de ayudar al jugador a base de trabajo de potenciación muscular para tratar de compensar su rechazo al quirófano en contra de la opinión de los médicos.