Fue verle perder otro balón más y volverse Ancelotti a su mano derecha e hijo, Davide, para decirle que ya había tenido suficiente y que entrase Vinicius. Hazard es, oficiosamente, un caso perdido. Ni un partido tan propicio como el del Shakhtar, ni dejarle libertad para mediapuntear (que viene a ser un ‘haz lo tuyo’ en este contexto), ni darle el beneplácito de ver si se enmendaba con el paso por el vestuario al descanso. Carletto terminó quitando al belga para dar paso a un Vinicius que en principio iba a tener menos minutos a ver si así se arreglaba el destrozo de Varsovia.
Hazard viene reclamando jugar partidos de manera continuada cada vez que se asoma a su oasis particular que es la Bélgica de Robert Martínez. Allí nada se le discute, ni el brazalete, ni los caprichos ni el ser el menos efectivo de los hermanos Hazard. “Quiero jugar en el Madrid y no juego, pero cuando juego, juego bien”. Además de un trabalenguas, las declaraciones de Eden en el último parón internacional son más preocupantes de lo que parecen, a tenor de lo visto en Polonia. Casi alarmantes.
Porque realmente parece estar satisfecho de su rendimiento. Se le ve cómodo con su único gol (el 0-3 al Celtic) en 215 minutos de este curso y salir de sus dos titularidades, contra el Mallorca y ayer, por la puerta de servicio. Aporta al campeón de Liga y de Europa un remate… cada 53 minutos. El exceso de autoconfianza puede ser tan peligroso como el pasarse demasiado por la alacena de las magdalenas, uno de los vicios confesados por el propio Hazard en el pasado. A lo mejor algo de eso empezó a resquebrajarse cuando dejó el terreno de juego entre algunos abucheos.
Sus participaciones de aquí a Qatar 2022 pueden volverse nimias. Tras su decepcionante actuación en Mallorca desapareció del mapa: ni un solo minuto en un mes entero. Del 11 de septiembre al 11 de octubre. Ausente en cinco partidos seguidos; en tres de los cuales Ancelotti llegó a escoger a Mariano antes que a él. Cabe esperar poco más en los ocho partidos que jugará el Madrid antes del parón mundialista. Dos de Champions (en Leipzig y ante el Celtic, en casa) y seis de Liga (Barcelona, Sevilla, Girona y Cádiz, en casa; Elche y Rayo Vallecano, fuera).
Capote de Carletto
Tras el partido en Varsovia, Ancelotti, campeón también de la diplomacia, quiso echarle un cable cuando pasó ante los micrófonos. “Eden ha hecho lo suyo, estaba planificado cambiarle en el minuto 60″, indicó. Capotazo en toda regla antes del Mundial. Todo apunta a que a Hazard va a tener que preparárselos deprisa y corriendo en los dos amistosos de su país antes de la gran cita, uno contra Irak y el último ante Egipto. De Rusia 2018 salió como ese jugón de tranco veloz que atrapó las miradas hasta semifinales, a Qatar 2022 viajará como un futbolista perdido y con el que el Real Madrid no sabe qué hacer.