Asensio-Ceballos, patatas calientes – AS.com

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Asensio-Ceballos, patatas calientes – AS.com

El guionista del fútbol ha empezado la pretemporada del Madrid con un cliffhanger. Y de los grandes. Un guiño de aquellos que recuerdan lo caprichosa que puede llegar a ser la realidad. El conjunto blanco, en uno de sus veranos más mansos -a 24 de julio ya tiene la plantilla cerrada, como ha confirmado el propio Ancelotti-, sólo tiene dos ‘grandes’ tareas pendientes: Asensio y Ceballos. Dilucidar qué hacer con ellos, pues acaban contrato esta temporada; renovar o vender, esa es la cuestión. Pues por si no había ya suficientes dudas, ambos decidieron que Las Vegas era una sede perfecta para subir sus apuestas. Fueron los dos mejores jugadores de campo del Madrid, insuflando energía y valentía. Propusieron, lo intentaron, se vaciaron. Ni Ancelotti supo qué decir en zona mixta: “¿Salir? Preguntádselo a ellos. ¿Renovarles? Preguntádselo al club?”.

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Asensio lo tiene claro

Como ha ido contando AS, su situación personal es translúcida: quiere seguir en el Madrid. El problema, en ese sentido, es que el club de momento no le ha ofrecido renovación alguna, por lo que ‘permitirle’ continuar supondría abrir la puerta a que se marche, en 2023, a coste cero. El futbolista aboga por el carpe diem; de momento continuar y el futuro… ya se irá viendo. Que se quede sin renovar, de hecho, no tiene por qué significar su marcha, pero sí supone una pérdida de riendas por parte del Madrid. Muchos futbolistas están abogando en los últimos años por esta doctrina: acabar sus contratos y, ya como agentes libres, decidir si seguir o no. Dembélé, por ejemplo, siguió este camino y al final continuó; también Mbappé, en el PSG.

Asensio tiene claro que ofertas no le van a faltar y está tranquilo. De hecho, no le faltan. Los dos clubes más interesados son Milan y Newcastle. Maldini, director deportivo de los rossoneros, tiene una enorme fijación con él, pero de puertas para adentro transmite pesimismo, sabedor de que no puede igualar las cifras que salen de Inglaterra. Ahí, las mayores llevan la firma del Newcastle, que tras cambiar de propietario, cuenta con Asensio como uno de sus mayores deseos para el nuevo megaproyecto. Su sueldo es otro obstáculo: seis millones netos, mucho para la mayoría de pretendientes. Pero incluso por encima de cualquier cifra, el principal escollo para los pujadores es que Asensio lo tiene claro: quiere quedarse en el Madrid. Y contra la voluntad es difícil competir.

Asensio, durante el partido ante el Manchester City.

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Asensio, durante el partido ante el Manchester City.DeFodi ImagesDiarioAS

Quiere hacerlo pese a saber que, sobre el papel, va a ser suplente. Rodrygo es a día de hoy el extremo derecho titular para la 2022-23 y, por detrás suya, parte un polivalente Valverde que ya jugó ahí noches claves de la temporada pasada, como la final de la Champions. Para Asensio todo esto es una motivación y quedó demostrado en el Clásico de Las Vegas: su decisión es trabajar en silencio y hablar en el campo. Gritar, si hace falta. Lo intentó con ahínco durante los 45 minutos que jugó, a punto estuvo de regalar un gol a Mariano e, incluso, de marcarlo él: tras recibir un balón raso, yerró disparando de primeras con la diestra. Habría sido la guinda.

El dilema de Ceballos

Su situación es similar y, a la vez, diferente. Coincide en que su deseo personal es quedarse, seguir en el Real Madrid y trabajar para ganarse un puesto. Pero esto último se antoja más difícil que nunca: con la llegada de Tchouameni ha pasado a ser el séptimo centrocampista en jerarquía. Casemiro, Kroos y Modric, salvo que alguien diga lo contrario, son los titulares en la sala de máquinas; Tchouameni, Valverde y Camavinga, sus covers. Y luego, aparece Ceballos, que si algo ha demostrado en los últimos meses es que de carácter y confianza va sobrado. La vida le cambió con aquella lesión en los Juegos Olímpicos de Tokio: forzó para poder jugar las eliminatorias, lo que agravó un esguince en su tobillo izquierdo, sufriendo una rotura completa de dos ligamentos. En total, 167 días parado, de un julio a un diciembre.

Cuando volvió había perdido ritmo y status; pero no franqueza. Se puso manos a la obra, recuperó el físico y asumió que los pocos minutos que tuviese, los iba a aprovechar. El propio Ancelotti se mostró contrariado alguna vez en rueda de prensa: “Me molesta estar dándole tan pocos minutos, me pone triste, porque se merece más”. Nunca ha puesto una mala cara. Y en el Clásico de Las Vegas… le pusieron de extremo izquierdo. Pues lejos de contrariarse, aceptó su rol y aportó todo lo que pudo, robando balones en campo contrario, llegando al área rival para buscar centros, metiéndose hacia dentro cuando hacía falta echar una mano y ayudando a Mendy para frenar a Dembélé.

Ceballos se aúpa sobre Benzema tras lograr la Decimocuarta en Saint-Denis.

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Ceballos se aúpa sobre Benzema tras lograr la Decimocuarta en Saint-Denis.Shaun BotterillGetty Images

En el vestuario se aplaude su compromiso con el grupo. Y Ancelotti está encantado con su actitud. De hecho, la confianza del italiano en él es total; tanta, que le ha hecho incluso dudar. Ceballos tiene un acontecimiento marcado en rojo en su calendario: el Mundial de Qatar 2022. Confía en que si lo hace bien, Luis Enrique puede reclutarlo. Y ahí nacen sus dudas. Carletto le ha prometido minutos, apelando a que el calendario esta temporada será grande (con seis competiciones). Pero a la vez, sabe que titular no va a ser. A día de hoy tampoco tiene ofertas ‘apetecibles’, pero aún le pueden llegar. De hecho, el interés del Betis es vox pópuli. Mientras su futuro es un dilema, él sigue aprovechando las puertas que le abren. Por pocas que sean. Haciendo dudar el Madrid; como Asensio. Los dos brillaron en Las Vegas, tierra de brillos. Las resacas, para otros.