Casi en una condición de anónimo, Pablo Sarabia se ha ganado el respeto de Luis Enrique en la Selección. Algo debe ver el seleccionador en el todavía jugador del PSG (volverá tras su cesión en el Sporting de Portugal) para haberlo hecho jugar minutos en 15 de los 16 últimos partidos de la Selección, un 93,75% de los mismos. Curiosamente, la única noche que no pisó el césped fue en la semifinal de la Eurocopa ante Italia. España perdió…
Esta temporada no se ha perdido un sólo partido y va a más. En los dos últimos choques ha firmado dos goles contra Islandia y contra Portugal le dio una asistencia de gol perfecta a Morata. Muchos años juntos de ambos en la Selección desde las categorías inferiores.
Aunque no es titular indiscutible, Sarabia rinde. Y es polivalente. Puede empezar un partido por la izquierda y terminarlo por la derecha. Ha jugado como extremo, interior y hasta como carrilero en tiempos de Sampaoli en el Sevilla. Futbolista sacrificado, ese espíritu colectivo es el que valora Luis Enrique. Pero eso no significa que carezca de talento para asistir y hacer goles. Quiere ir a un sitio donde tenga minutos para estar en Qatar.