Hace tiempo que desde la secretaria técnica del Barcelona se le recomienda a Riqui Puig que acepte una operación de traspaso con derecho a recompra o una cesión para seguir creciendo futbolísticamente. El centrocampista canterano se ha resistido hasta ahora a abandonar el club porque confía ciegamente en sus posibilidades para poder triunfar de blaugrana.
No obstante, parece que la paciencia se ha terminado en el palco y en la dirección deportiva y la salida de Riqui Puig es una opción ya urgente como lo prueba el hecho de que su nombre fue el primero que saliera sobre la mesa en la comida que celebraron el martes en Barcelona los presidentes del Valencia, Anil Murthy y el del Barça, Joan Laporta.
Riqui hasta ahora ha superado la circunstancia de no tener minutos ni con Valverde, ni con Setién, ni con Koeman, ni con Xavi como técnicos aguardando dar un salto que no llega y viendo como otros jugadores de menor edad como Pedri, Gavi y, en menor medida, Nico le adelantaban. Alguno de estos técnicos le propusieron cesiones alegando que a su edad, lo importante era disponer de minutos que en el Barça iba a tener casi imposible conseguir, pero Riqui se negó a salir. El propio jugador desmontó una operación de cesión ya cerrada a dos bandas con el Zaragoza.
Xavi, que incluso llego a tantear su cesión para el Al Sadd de Qatar, va a ser el que le enseñe la puerta de salida. El primer intento de buscarle equipo ya de cara a la próxima temporada fue en la comida del martes con el Valencia en la que salieron muchos nombres.
Por parte valencianista se habló de Carlos Soler y José Luis Gayà, mientras que en el Barça salieron nombres ya habituales en muchas negociaciones como el de Martin Braithwaite o Sergiño Dest. Pero el que encabezaba la lista era el de Riqui Puig, que está definitivamente en el escaparate.